viernes, 16 de diciembre de 2011

Crónica – TIKEN JAH FAKOLY en Madrid (Sala Arena) - 4/12/11

Aquí os dejo otra de mis crónicas en hereunidoalabanda.com:

De primeras, cuando uno ve que Doumbia Moussa Fakoly A.K.A. Tiken Jah Fakoly viene a su ciudad piensa: -¡esto no me lo pierdo ni de coña!-. Sin embargo, cuando empiezas a reparar en los detalles y te das cuenta del precio (Anticipada 22€ + gastos; Taquilla 25€), la sala (Arena, antigua Heineken… con ese sonido capaz de fastidiar cualquier concierto), el día (domingo, tras un finde movidito) y además has podido verle en el Rototom de Benicasim este mismo verano… te lo piensas dos y hasta tres veces.


Pero claro, es Tiken Jah Fakoly, uno de los mejores representantes del reggae africano en la actualidad. Así que cuando uno recapacita y se da cuenta de todo lo que significa su figura, lo que ha hecho por su país, Costa de Marfil, y en general por la libertad y los derechos del pueblo africano sin sucumbir a las presiones políticas, aun con riesgo para su vida, y en todo lo que nos enseñan las letras de sus canciones y lo que en ellas denuncia: corrupción, hambre, tortura, dictadura, discriminación, explotación, etc., cuando uno piensa en todas esas cosas, entonces la cosa cambia, llama a los colegas, se escucha unos cuantos temas en Youtube/Spotify para calentar motores y se olvida del precio, la sala, el día y todo lo demás, para terminar acudiendo al concierto con todas las buenas vibraciones que la música de Jah Fakoly aporta.

Noche fría, ha llegado el invierno de verdad a Madrid, pero hay que apurar los últimos instantes antes de entrar y poder beber un par de cervezas a un precio razonable (una vez dentro son 6€ el tercio y 12€ el mini… una pasada vamos). La cola es bastante larga, pero una vez abiertas las puertas a eso de las 21.15h no tarda mucho en disminuir. Unos minutos más tarde desaparece del todo, e incluso los remolones que apuran el último “cigarro” entran. Nadie quiere perderse el inicio del concierto ya que Tiken no da puntadas sin hilo y ninguno de los temas que interpreta en sus conciertos, de principio a fin, tiene desperdicio.

No eran ni las 21.45h y Tiken sale al escenario, acompañado de su banda (8 músicos y 2 coristas), bien arropados por la ovación del público. Y no es para menos, pues igual que hizo en el Rototom empieza a sonar el genial “France Afrique”, de su disco homónimo editado en 2002. Casi sin respirar continúa con “Danga”, momento en el que empiezan a dejarse notar sus excepcionales coristas, sublimes durante todo el concierto con una sincronización y un tempo admirable, y después las emotivas “Viens Voir”, “Sors De Ma Télé” y “Ayebada”.



La sala está bastante llena, pero el público prácticamente se acumula adelante y no es difícil hacerte hueco a media distancia (misión casi imposible es tratar de adentrarse del todo a no ser que vayas sólo) y para sorpresa de todos la calidad del sonido es más que destacable (aunque es cierto que los acoples fueron numerosos a lo largo del concierto). No sé si Marco Aldany, el nuevo patrocinador de la sala, ha tenido algo que ver en esta mejora, pero fue todo un detalle (que menos) y esperamos que se convierta en algo habitual.

Tiken Jah Fakoly y su banda siguen a lo suyo, con un sentimiento interpretativo muy notable. No ha hecho más que empezar el concierto y la gente está absolutamente entregada, de tal modo que con su siguiente clásico, “L´africain” empiezan los primeros espontáneos a subirse al escenario, lo cual se repetirá a lo largo del concierto en varias ocasiones hasta tal punto que en algún caso llega a molestar a Tiken. Creo que no hace falta mencionar que una cosa es subir al escenario llevado por la emoción, y otra por el deseo de protagonismo o incluso el alcohol (siempre hay alguno), pero no voy a ser yo quien critique este tipo de acciones especialmente cuando la gran mayoría que subió seguro lo hizo con el corazón, pues no es difícil imaginar que muchos de estos espontáneos, todos de ellos de origen africano, deben sentir algo muy especial al escuchar letras que hablan de sus orígenes, de su pueblo, de su gente; una especie de morriña mezclada con alegría y emoción que no les permite contenerse a la hora de lanzarse a bailar con sus ídolos. Como anécdota, mencionar que una de las veces que Tiken paró de cantar (sin dejar de sonar la música) para pedir a uno de los que se habían subido a bailar que por favor bajara del escenario, el personaje en cuestión se quedó mirando a Tiken con cara sonriente y dijo: -¡¡¡¡"African Revolution"!!!!-; ante lo cual el cantante no pudo más que asentir y continuar con el show. ¿Que iba a hacer si no ante tales argumentos?



El concierto continúa, y uno a uno Tiken sigue desgranando sus mejores hits, haciendo un recorrido por toda su discografía con “Alou Mayé”, “African Revolution”, “Ouvrez Les Frontieres”, “Medley”, “Mangecratie”, “Politicien” y “Quitte Le Pouvoir”. 



El estilo directo e intimista característico de muchos de los temas interpretados por Tiken se hace aún más intenso en sus actuaciones en vivo, especialmente cuando su banda nos deleita con la fusión musical mediante la utilización del kora o el ngoni,  instrumentos tradiciones africanos. Creo merecido además destacar el potente e impecable sonido del bajo, que incluso fue ganando presencia según avanzó el concierto.
Los diferentes estilos reggae van sucediéndose con mucha naturalidad, del new al más tradicional african roots hacia ritmos dub e incluso pinceladas de rub-a-dub, que produjeron en todo momento la sensación de una sesión muy controlada, muy medida, con muchos momentos álgidos que hacen que el respetable no se desconecte ni un segundo. Uno de estos momentos, lo marcó el final de la que podríamos llamar primera parte cuando tocaron cuatro temas seguidos de su disco de 2002 Francafrique, para mi gusto uno de los indispensables, sino el mejor disco de Tiken, que fueron “Le Balayeur”, “Justice”, “Le pays va mal” y principalmente cuando llegó el momento de “Y´En A Marre”, que termina contagiando con su ritmo vertiginoso y bailable a todo el mundo allí presente (incluidos porteros, camareros , guardarropas…).



Tras desaparecer del escenario, y de nuevo casi sin tiempo para el descanso (quizá menos de un minuto, aunque no puedo recordarlo con exactitud por la emoción y felicidad que me embargaba en ese momento), Tiken vuelve a salir para dar inicio a la segunda parte y tramo final, una vez eso sí, quitada la túnica que vestía para demostrar su poderío corporal con una camiseta blanca que parecía iba a reventar. Comienza a sonar así, con la intención de seguir removiendo conciencias  pero con tono de esperanza “Plus rien ne m´etonne”, temazo donde los haya, y nos lleva después a sus inicios allá por los ´90 con “Plus jamais CA”, alcanzando con ella un nivel inconmensurable, y “Les Martyrs”.
Y cuando parece que ya no puede haber nada que supere lo que hasta entonces se ha visto,  oído y sentido, llega “Africa”, con el cual Tiken y su banda, con una versión absolutamente cañera llena de sonidos dub, termina de reventar la sala por completo. Ya sólo le quedaba volver a su último disco editado mediante “Il faut se lever” y terminar con la fantástica  “Promesses Bla Bla” que finaliza con un estruendoso cierre instrumental al más puro estilo “rockero” dejándonos con un inmejorable sabor de boca tras una hora y media de concierto al que para mi gusto no le faltó ni sobró nada.
Pronto la gente empieza a desfilar y sale de la sala con una sonrisa de oreja a oreja, con los ojos rebosantes de esperanza y libertad, demostrando que no hace falta entender francés, inglés o incluso lengua bamanakan para asimilar el mensaje que Tiken nos quiere transmitir: “Mama Africa want to be free”.

One Love!

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